jueves, 4 de septiembre de 2014

IMPORTANCIA DE APRECIAR LA AYUDA DE LOS DEMAS. COMPARTAMOS LABORES.



Un joven fue a solicitar un puesto en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial y ahora iba a  conocer al director para la entrevista final. El director vio en su CV sus logros académicos y eran excelentes.

Y le preguntó: " ¿Recibió alguna beca en la escuela?" el joven respondió "no".

"¿Fue tu padre quien pagó tu colegiatura? "
" Mi padre murió cuando yo tenía un año de edad, fue mi madre la que pagó. "-respondió.

"¿Dónde trabaja tu madre? "
"Mi madre trabajaba lavando ropa."

El director pidió al joven que le mostrara sus manos . El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.

¿Alguna vez has ayudado a tu madre a lavar la ropa?

"Nunca, mi madre siempre quiso que estudiara y leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo.

El director dijo: "Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu madre, y luego ven a verme mañana por la mañana."

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta. Cuando regresó a su casa le pidió a su madre que le permitiera lavar sus manos. Su madre se sintió extraña, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo.

El joven lavó las manos de su madre poco a poco. Rodó una lágrima al hacerlo. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas y tenían tantos moretones. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando él la tocó.

Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que lavaban la ropa todos los días para poder pagar su colegiatura.

Los moretones en las manos de la madre eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.

Después de limpiar las manos de su madre, el joven se puso a lavar en silencio toda la ropa que faltaba.

Esa noche, madre e hijo hablaron durante un largo tiempo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.

El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: "¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?"

El joven respondió: "lavé las manos de mi madre y también terminé de lavar toda la ropa que quedaba".

"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mi madre, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi madre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.

El director dijo: "Esto es lo que yo busco en un gerente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida". "Estás contratado".

Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de tengo derecho" y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres. Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?

Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de piano, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás cortando el césped, por favor que también lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas.

No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven. Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas."

miércoles, 3 de septiembre de 2014

ALEJANDRO JODOROWSKY RESPONDE A UN JOVEN QUE QUIERE CONOCER LA VERDAD



“La verdad no la encuentras en la huída de ti mismo.
Encuentras la verdad en el profundo misterio de tu energía sexual.”
*
Alejandro Jodorowsky
*
LUCHO CONSULTA:

Tengo 14 años. Mis padres se quieren y me quieren mucho. Soy hijo único y también los quiero mucho. Trabajan juntos en un gran restaurante. Él es mesero y ella se encarga del guardarropas. No tienen una gran cultura. Mis amiguitos tampoco. Sólo se interesan en los juegos electrónicos. A mí me gusta leer, de todo, cuentos, novelas, ensayos que puedo comprender y poesía. No tengo ninguna enfermedad física ni psicológica. Le consulto porque mi enfermedad es la curiosidad filosófica. Quiero, por sobre todas las cosas, conocer la Verdad. Aparte de decirme que la Verdad es Dios (lo que no me sirve de mucho porque nadie sabe lo que es Dios) los libros y mis profesores no saben tampoco qué es. ¿Cómo se puede vivir sin conocer la Verdad? Usted que contesta tantas preguntas, tenga por favor la bondad de comunicarme el gran secreto. Se lo agradeceré toda mi vida.

ALEJANDRO RESPONDE:

Querido Lucho, tu consulta me hace confiar en lo que siempre he creído: la humanidad cambiará gracias a una mutación mental. Los niños nacerán con espíritus más desarrollados y sanarán al mundo, no con una revolución política sino con una re-evolución poética. Tú no estás sólo, en todos los países, jóvenes como tú están buscando la Verdad. Te contestaré con todo mi cariño y también, lo espero con fe, muchos lectores de este blog te contestarán. No te decepciones de lo que te voy a decir: el camino para llegar a la Verdad debe ser despojado de ilusiones.

La Verdad no es un objeto sino que es la cualidad de un objeto. No busques la Verdad abstracta, solitaria, sino la verdad de algo.

Para que comprendas bien esto te daré algunos ejemplos:

Tu verdadera patria es el Universo.

Tu verdadera meta es ser tú mismo y no lo que los otros quieren que tú seas.
 

Tu verdadero amor es el amor a la vida.
 

Tu verdadero poder es el poder de ayudar.
 

Tu verdadera felicidad es amar lo que haces.
 

Tu verdadero trabajo es crear belleza.
 

Tu verdadero estudio es desarrollar tu atención.
 

Tu verdadera acción social es sembrar Conciencia.
 

Tu verdadera disciplina, es domar tu ego individual.
 

Tu verdadera generosidad es no querer nada para ti que no sea para los otros.
 

Tu verdadera valentía es dejar lo seguro por lo incierto.
 

Tu verdadera aventura es dar un paso en el vacío.

Dar un paso en el vacío es sentarse a meditar, vaciando la mente de pensamientos, el corazón de sentimientos, el sexo de deseos y el cuerpo de movimientos y, concentrando tu atención sobre ti mismo, verte existir, sin tratar de lograr nada, de saber nada, de eliminar nada, solamente verte…
Tus amigas y amigos de “Plano Creativo” de acuerdo a sus experiencias, podrán completar esta lista de cosas verdaderas. Agregar, por ejemplo: la verdadera amistar es crear algo juntos.

Yo , tanto como tú, espero con la mayor de las curiosidades, leer lo que ell@s piensan.

Tu abuelo:

Alejandro.