Epigenética: Por increíble que suene, heredamos aspectos psicológicos de nuestros padres
LA EPIGENÉTICA ES UN NUEVO CAMPO EN LA BIOLOGÍA Y LA GENÉTICA.
¿Nacemos o nos hacemos? ¿Nuestra herencia genética nos determina o la cultura y la experiencia lo hace? Desde la Biología se suelen oponer dos explicaciones: las que se apoyan en la naturaleza del individuo, frente a las que privilegian su crianza y desarrollo. Estas perspectivas han permanecido durante años contrastadas.
Sin embargo desde hace unas décadas una
nueva corriente en biología se viene abriendo camino proponiendo
justamente un puente entre lo determinado y lo aprendido en el
desarrollo de los organismos vivos. Es decir, la interacción entre los
genes y el ambiente.
La conjunción de los opuestos
La epigenética
sostiene que las experiencias de las personas no desaparecen, sino que
se adhieren a ellas, bajo la forma de un residuo molecular que se aferra al andamiaje genético.
Esto no significa que el ADN cambie, sino que los aspectos psicológicos
y del comportamiento de una persona (aquellos que son regulados
químicamente como la depresión por el desbalance de ciertos
neurtransmisores) pueden ser legados a los descendientes.
Según la epigenética del comportamiento,
las experiencias traumáticas pasadas de un organismo, o de sus
antepasados recientes, dejan cicatrices moleculares que se adhieren a su
ADN.
LA EPIGENÉTICA SOSTIENE QUE ES POSIBLE REALIZAR MODIFICACIONES GENÉTICAS A PARTIR DE LA EXPERIENCIA DE VIDA DE LOS ASCENDENTES. FOTO: CIENCIAES.COM
Desde personas de cualquier etnia que crecieron con padres alcohólicos
o abusivos, hasta jóvenes cuyos padres o abuelos atravesaron por
circunstancias históricas crueles como masacres (descendientes de judíos
de la época nazi, de chinos sobrevivientes de la Revolución Cultural,
peruanos que padecieron los años de terrorismo, etc.). Todos estos
descendientes conservan mucho más que recuerdos en la mente.
No obstante, los mecanismos de la
epigenética del comportamiento se establecen no solo a partir de los
déficits y debilidades o impactos negativos experimentados por los
antepasados inmediatos. También se "graban" biológicamente las
fortalezas y resiliencias.
La breve historia de la epigenética se
puede contar a través de la trayectoria científica de dos de sus más
importantes impulsores.
El cambio motivado por la crianza
Michael Meaney es profesor de neurobiología de la Universidad McGill de Canadá. Venía realizando una serie de investigaciones acerca de los factores de variación del comportamiento a partir de la base genética.
En 1997, junto con otros especialistas, publicó en la revista Science un artículo fundamental para los cimientos de la epigenética. En esa investigación demostró que la conducta de las ratas madres hacia sus crías durante la etapa de crianza, influía en el manejo hormonal del estrés de las crías cuando estas crecían.
MICHAEL MEANEY ES ESPECIALISTA EN NEUROBIOLOGÍA Y UNO DE LOS IMPULSORES DE LA EPIGENÉTICA. FOTO: SRC.CA
Las variaciones en la cantidad de
atenciones (como el lamer o asear) hacia las crías durante su infancia,
modulaba la manera en la que hormonas como la corticosterona se
expresaban en las ratas en su adultez. Cuanto más lamían limpiaban las
madres a sus crías, estas presentaban menos índices de producción de
hormonas de estrés cuando adultas. El mecanismo biológico estudiado
describía a las ratas madre regulando la intensidad genética con sus
cuidados, lo que influía en los genes específicos de los hijos.
El cambio a partir de la mecánica génica
Moshe Szyf
actualmente es genetista de la Universidad McGill. Él estudiaba en la
Universidad Hebrea de Jerusalén y para culminar sus estudios doctorales,
realizó su tesis con el bioquímico Aharon Razin, uno de los mayores
especialistas en genética y ADN.
MOSHE SZYF ES OTRO DE LOS CIENTÍFICOS QUE VIENE IMPULSANDO LOS ESTUDIOS EN EPIGENÉTICA. FOTO: MCGILL.CA
A finales de los 80, Moshe Szyf llegó a
la Universidad McGill en Canadá y tomó contacto con Michael Meaney;
había llegado con un vasto conocimiento y dominio en el cambio genético
debido a sus trabajos y colaboraciones con Razin. Szyf conoció los
resultados de los experimentos de Meaney, que le causaron más que una
sorpresa:
"Sonó como vudú en un primer momento.
Para un biólogo molecular, cualquier cosa que no tuviera una vía
molecular clara no era ciencia seria. Pero cuanto más hablábamos, más me
daba cuenta de que la atención materna podría ser capaz de causar cambios en la metilación del ADN, (adición de un grupo metilo (-CH3) a una molécula) así tan loco como suena".
La conjunción de los enfoques
Decidieron investigar juntos este
proceso para lo cual articularon sus enfoques acerca del cambio
genético. Utilizando ratas, rastrearon el desarrollo conductual de las
crías hasta la edad adulta y su correlato genético. Cuando estas
crecieron, examinaron el desarrollo del hipocampo,
la zona del cerebro encargada de la regulación de la respuesta al
estrés. Específicamente, analizaron los genes que regulan la producción
de receptores de glucocorticoides, que son los encargados de estabilizar
el nivel de hormonas relacionadas al estrés.
Meaney y Szyf descubrieron que las crías
de madres que les habían dado pocos cuidados presentaban genes
altamente metilados; mientras que las crías de madres cuidadosas, genes
con muy poco metilados.
La mayor metilación, asociada a la falta
de cuidado, impidió que el número normal de receptores de
glucocorticoides sea transcrito en el hipocampo de las ratas cuando
estas eran unas crías. La insuficiencia de estos receptores generó que
estas ratas al ser adultas desarrollen mayor nerviosismo y estrés.
LOS
DIVERSOS EXPERIMENTOS CON RATAS PERMITIERON ESPECIFICAR CÓMO SE PRODUCE
LA INFLUENCIA GÉNICA DEL CUIDADO MATERNO EN LAS CRÍAS. FOTO: JAY SMITH/DISCOVER
LA CANTIDAD DE NIVELES DE
RECEPTORES DE GLUCOCORTICOIDES EN EL HIPOCAMPO ES LO QUE PERMITIÓ MEDIR
CUANTO DE ESTRÉS SE HABÍA HEREDADO. FOTO: WIKIMEDIA.ORG
Sin embargo, una crítica posible a esta
conclusión podía ser que la conducta nerviosa de las ratas adultas no se
debía a cambios epigenéticos, sino a una simple casualidad, una
coocurrencia entre emociones y configuración génica. Para demostrar la
relación entre ambas, tomaron una camada de ratas, antes crías de madres
desatentas y les inyectaron tricostatina A al
cerebro. Este fármaco elimina los grupos metilo. Entonces, si se
tratase de una coocurrencia, las ratas igual seguirían siendo nerviosas
motivadas por un efecto emocional. Sin embargo, se vio que las ratas
dejaron de presentar nerviosismo, porque el proceso génico en el
hipocampo se interrumpió.
Con los datos confirmados y las críticas
resueltas, Meaney y Szyf publicaron su histórica investigación en la
revista Nature Neuroscience titulada "La programación epigenética de la conducta maternal".
En ella habían demostrado algo que
parecía increíble, que pueden heredarse rasgos aún luego de haber
nacido. Sin presentar cambios en su código genético, las ratas
obtuvieron rasgos genéticos a partir únicamente de su crianza.
El futuro con la epigenética
Actualmente Szyf y Meaney han dado el siguiente paso: estudiar los procesos epigenéticos en seres humanos. En 2008 publicaron un estudio en la revista Plos One,
en el que analizaron los cerebros de personas muertas por suicidio.
Encontraron exceso de metilación de genes en el hipocampo de los
cerebros de los suicidas; incluso, encontraron que la metilación era aún
mayor en los cerebros de suicidas que habían sido abusados de niños.
Ellos sostienen la tesis de que los
grupos metílicos se agregaron en la infancia a los genes del cerebro, lo
que influyó en su estado de ánimo, y los sentimientos de miedo y
desesperación.
Como este, se vienen haciendo otros
estudios con humanos, como el realizado por Szyf en 2011, donde analizó
la metilación de unos 20.000 genes a partir de muestras de sangre, en
función de las experiencias de mucha riqueza
y extrema pobreza de 40 hombres que participaron en el estudio. Szyf
detectó que 6.176 genes variaron significativamente en base a la
experiencia por estos factores socioeconómicos.
LA EPIGENÉTICA ABRE UNA NUEVA VÍA
EN EL TRATAMIENTO DE LOS PROBLEMAS EMOCIONALES O DE COMPORTAMIENTO
RELACIONADOS CON LAS VIVENCIAS NEGATIVAS. ¿PODRÍAN RESOLVERSE LOS
TRAUMAS SOLO CON FÁRMACOS? FOTO: ALISON MACKEY/DISCOVER
Un estudio similar fue realizado por
Szyf con niños criados en orfanatos rusos frente a niños criados por sus
padres biológicos. El resultado fue mayor metilación en los genes de
los huérfanos, proceso que tiene relación, además, con la comunicación
neuronal.
Los estudios epigenéticos siguen
incrementándose y surge la pregunta, si los cambios epigenéticos en los
genes activos del cerebro son la base de nuestra inteligencia emocional e
intelectual, ¿podemos emplear medicamentos para minimizar los grupos de
metilo no deseados y así "borrar" las huellas del pasado?
La respuesta la vienen explorando las
empresas farmacéuticas, que vienen trabajando con compuestos
epigenéticos para impulsar el aprendizaje y la memoria. De aquí ya han
comenzado a proyectarse investigaciones que implican desarrollar
medicamentos epigenéticos que podrían servir para el tratamiento de la
depresión, ansiedad, el estrés postraumático o problemas emocionales que
aún son difíciles de tratar con los fármacos psiquiátricos actuales.
Fuente: Discover
Texto tomado de: http://sophimania.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=21488:epigenetica-por-increible-que-suene-heredamos-aspectos-psicologicos-de-nuestros-padres&catid=170&Itemid=722