Extraterrestre ha de ser quien pierde la identificación con la forma de vida de este mundo falsamente llamado civilizado. Entonces, cada persona que abandona los hábitos de este sistema de vida, se convierte poco a poco en un extranjero de otro mundo donde la simplicidad, el amor y la armonía son la única razón de Ser.
Somos, los extranjeros en esta tierra, los que no comprendemos la razón de ser de esta forma deshumanizada de vivir, los que estamos aquí sufriendo día a día, estudiando y encontrando la forma de romper con tales cadenas anormales y sanar las anomalías de una psiquis corrompida por la pérdida de identidad divina.
Somos nosotros, los desventurados, quienes cargamos con tan desafiante misión: la resurrección de una humanidad que se acostumbró al viacrucis de la rutina y a la crucifixión de la mente y la emoción, renunciando sin saberlo, al derecho de ser Templos Vivos de Salvación.
Poco a poco vamos tomando conciencia de este gran acertijo y en esa misma medida, colaboramos con la liberación gradual de la hipnosis colectiva.
Poco a poco, somos más y más extraños habitando esta tierra.
Poco a poco, somos más y más los que renunciamos al viacrucis y crucifixión, para entregarnos a la resurrección que siempre habita el Centro de Nuestro Interior, ese algo inquebrantable, ese algo apacible, ese algo imperecedero que siempre ha estado, está y estará.
Ese algo, no es de este mundo ni de cualquiera otro; es ese algo, cuando nos identificamos con El, lo que nos hace ver como extranjeros habitando este espacio terrestre, esta conciencia terrícola que espera nuestra liberación, la cual hace parte de su liberación.
Un extranjero mas, en servicio, soy...
Libres De Ser, Sin Miedos y Sin Temor
