Cuando no se presta atención a la emoción, al sentir, al pensar, a las imágenes de la mente ni a su continua conversación, nos persivimos a nosotros mismos tal como somos: NADA.
Es a esta nada a la que siempre le tememos, de la que siempre huimos y escapamos.
Es esta nada la única que nos llena, reconforta, acompaña e ilumina.
No huyamos de nosotros mismos, pues somos lo mas hermoso que tenemos y lo mas hermoso que nos puede pasar.
Libres de Ser, Sin Miedos y Sin Temor