¿Cómo afectan nuestra vida los secretos familiares?
¿Cuántas veces nos angustiamos sin explicación? ¿O tomamos decisiones sin sentido? La clave está en descubrir ese entramado inconsciente que se anida en la transmisión hereditaria para superar la repetición de situaciones traumáticas y liberarnos.
¿Podía Edipo
huir de su destino? ¿Era necesario que Napoleón por ser leal a su padre
se enfermara de cáncer de estómago? ¿Sabía Guillermo de Holanda que al
elegir a Máxima repetía la historia de sus ancestros? ¿Cómo explicar las
tragedias de la familia Kennedy? Hay dolores sin sentido, angustias que
–muchas veces- parecen no tener un origen claro, sentimos que cargamos
mochilas pesadas pero no sabemos cómo deshacernos de ellas.
"Secretos familiares, ¿decretos personales?", el nuevo libro de Diana Paris, nos
propone, desde la psicología transgeneracional, sanar las raíces de
nuestro árbol genealógico para vivir, mejor, más livianos y hacer más
libre la vida de las siguientes generaciones. Hablamos con la autora.
-¿Qué es la psicología transgeneracional?
La
psicología transgeneracional estudia el inconsciente de un clan, de
una familia en sentido extenso: llega hasta los ancestros que no
conocimos y sin embargo están presentes en nuestra vida, porque el
inconsciente transgeneracional se transmite de una generación a otra y
guarda lo in-nombrable que cada linaje tiene encerrado bajo siete
llaves. El árbol genealógico contiene -como un holograma- todo lo que
somos, sentimos, padecemos, elegimos, enfermamos, decidimos y
celebramos.
Muchos estudiosos avanzan desde
hace años en esta herramienta terapéutica que es la psicogenealogía:
Anne Ancelin Schutzemberger, Josphine Hilgard, Nicolas Abraham y María
Torok, Serge Tisseron retomaron conceptos de Sigmund Freud, Francoise Dolto y Alice Miller
para ir más allá del inconsciente individual y explorar el inconsciente
familiar: allí anidan frustraciones y pactos invisibles, deudas
impagables, vocaciones, modos de construir una pareja y de vincularnos
con los amigos, el trabajo o los proyectos. En los nudos secretos que
toda familia se encarga de perpetuar habita lo más conflictivo, la
compulsión a repetir esos mandatos de nuestros antepasados.
Cuando
se toma conciencia de que una vocación que se cree personal no es
propia sino que corresponde a un bisabuelo, se reencausa el deseo;
cuando se advierte que el dolor de las vértebras sacras no es propio
pero se sufre por lealtad al padecimiento de un miembro del clan, el
sufrimiento y la invalidez cobran un sentido y alivian la carga; cuando
no se puede tener hijos porque se sigue el patrón del linaje transmitido
por generaciones dando un mensaje siniestro: “dar a luz equivale a
morir en el parto”, se ilumina una zona que era desconocida y la
concepción recién puede ser posible.
La
verdad, animarse a ver cara a cara a la verdad, levantar la cripta que
esconde los secretos familiares nos libera de una mochila ajena, nos da
libertad y la posibilidad de sanar nuestro árbol genealógico para que
las siguientes generaciones no carguen las situaciones traumáticas de
nuestros mayores.
-Exactamente, ¿con quiénes trabaja y qué herramientas emplea?
La
psicogenealogía es una técnica terapéutica que trabaja con quienes
necesitan despejar dudas sobre su identidad, conocer el origen de
ciertas alergias o enfermedades, averiguar por qué se repiten las mismas
fallas al elegir pareja o fracasar en los estudios. Los consultantes
llegan con un tema específico que los mortifica: miedo a viajar,
migrañas que no se resuelven con tratamientos farmacológicos,
imposibilidad para tener hijos... El estudio del árbol genealógico
determina cuáles son los personajes “dobles” que están presentes en el
sujeto arrastrando duelos inconclusos de una bisabuela a quien tal vez
no se conoció. Hay un inconsciente intrauterino transmitido desde la
misma concepción que graba en el nuevo ser toda la información de la
rama materna y de la rama paterna, que a su vez ya llevan inscripta la
información de sus padres, abuelos, y así hasta donde ese clan se
remonte…
Reunir datos, preguntar, investigar
en registros civiles e iglesias, buscar fotos y documentos. Todo sirve:
el relato de una tía, los mensajes escuchados a medias, la intuición del
origen o pertenencia a una cultura diferente en la que se crece. El genosociograma es
el relato del árbol con toda esa información: nombres, fechas de
nacimiento y muerte de los antepasados, vocaciones, profesiones,
accidentes, situaciones contextuales (guerras, deportaciones, crisis
económicas), prejuicios, creencias, enfermedades, muerte de niños al
nacer, hijos ilegítimos, violaciones, casamientos forzados, crímenes,
estafas, mentiras, identidades negadas. Todo está en el inconsciente de
los miembros de un linaje. El secreto es una patología que se transmite,
se repite como un “guión familiar” y daña. Romper el paradigma
transgeneracional, libera.
-¿Qué surge a través de este análisis?
El
análisis siempre arroja datos sorprendentes, porque siempre lo supimos
pero no lo habíamos podido ver. “¿Por qué en nuestra familia siempre
ocurre un accidente en Navidad?” “¡Qué raro! Mi segundo hijo como mi tío
(el segundo hijo de mi abuela) nacieron en la misma fecha y parece que
les suceden cosas semejantes”. Nos asombramos cuando detectamos
sincronía de ciertos hechos en determinadas fechas. El análisis revela
que no son acontecimientos casuales: repetimos por lealtad y para “usar”
la información programada en nuestro clan.
El
análisis revela una verdad que grita a voces manifestándose en
enfermedades o angustia injustificada. El peso de cargar con duelos de
muertos desconocidos nos agobia hasta el presente aunque hayan pasado
200 años. Romper el secreto sana, repara y evita la repetición. Cuando
se sabe se deja de tropezar con la misma piedra.
-¿Qué problemáticas permite resolver?
El
análisis transgeneracional permite conocer los tres pilares básicos de
la identidad: qué me dan mis ancestros, qué esperan de mí y qué pongo
yo. Venimos marcados con tatuajes invisibles: “serás un científico para
completar la tarea de tu padre”, “no ganarás dinero porque eso es ser
inmoral”, “te quedarás con tu hermano toda la vida para evitar que los
de afuera los separen”. Las expectativas están en el inconsciente
intrauterino y las mamamos con la leche materna. Sabemos que debemos ser
fieles a esa programación porque la des-lealtad al clan es
imperdonable.
-¿Alguna historia que pueda servir de ejemplo para entender exactamente cómo funciona?
Una
niña nace en los años 50 tras un largo trabajo de parto de su madre.
Sale a la luz morada y asfixiada. Pesa 4 kilos. Parece que está sana y
rozagante. Pero rechaza la teta y las leches alternativas. En pocos días
es piel y huesos. Peligra su vida y el riesgo es muerte por inanición.
El pediatra sugiere sacarla del ambiente familiar. Llevarla a otro
espacio. En otro ámbito, la bebita empieza lentamente a aceptar la
comida y sobrevive. La anorexia nerviosa fue su alarma ante la violencia
a la que se vio sometida al nacer. Su madre había sido golpeada en el
momento previo a dar a luz. La muerte y la angustia fueron los últimos
líquidos que bebió de la placenta. Una vez nacida ya no quería vivir.
¿Un
bebé sabe esto? Sabe, siente, claro que sí. La vida viene en un paquete
que trae dolor, muerte y agresión. ¿Para qué vivir? Fuera del espacio
violento del hogar, regresa fortalecida y habiendo despertado el
instinto de supervivencia. Acepta aprender a comer. Hoy es vegetariana.
La carne quedó asociada en su inconsciente a la sangre y la violencia.
Hoy esa niña es una mujer de más de 50 años, entiende tras hacer su
árbol genealógico que también su madre había nacido en un baño de
sangre, y lo mismo su abuela. Y entiende por qué a los 20 años (la edad
de su madre cuando ella nació) había decidido no tener hijos. Cortó el
patrón familiar de nacimiento/muerte y reparó esa rama de su árbol
familiar. Tomó una decisión de cuya elección no era totalmente
consciente ni libre, pero de la que supo leer la información vedada.
No
todos los hijos cumplen los mismos mandatos. De hecho, con los mismos
padres y la misma familia, tres hermanos pueden ser bien diferentes. La
clave está en los lugares de cada uno, las expectativas de los padres
cuando cada uno de los hijos nació, qué duelo irresuelto carga el más
chico, o el primogénito, qué nombre revela el “doble” en el árbol, qué
mandatos se inscribieron por pacto invisible en el hijo del medio…
Pertenecer a una familia no nos hace igual a nuestros parientes más
cercanos. Tal vez nuestra “foto” se identifique más con un tío abuelo
que no conocimos que con el hermano con quien compartimos los juegos de
infancia.
Mini-Diccionario de la Psicogenealogía
Síndrome de aniversario: El
inconsciente lleva las cuentas. Sabe que en septiembre conmemoramos un
accidente del que nadie nos habló y lo actualiza con otro accidente.
Nada es casual, todo es CAUSAL. La causa es recuperar aquello ominoso,
callado y ponerlo en escena nuevamente a la espera de que alguien nos
explique lo sucedido. Hasta que no se revele el enigma, se repetirá.
Lealtad familiar: Si
la información y los datos están, es para usarlos, nos grita el
inconsciente. Pues cómo desoír la voz de los mayores, cómo transgredir
las expectativas, cómo negarse a cumplir lo prometido por los de mi
apellido. Cuando somos leales a lo que no nos compete, erramos el
camino: estamos cargando con compromisos y deseos ajenos. Romper el
patrón otorga libertad a nuestras vidas.
Contratos ocultos: Nunca
me lo dijeron, pero sé que bailar danza clásica con tutú y mostrando
las piernas es de “mujer de mala vida” y aunque mi vocación sea ser
bailarina no seguiré mi deseo porque al nacer firmé con sangre (la
sangre familiar) un contrato en el que aseguré no ser una mujer
“liviana”. Entonces engordo, soy “pesada”, no apta para bailar, oculto
mi cuerpo y sobre todo mis piernas para ser fiel a la letra chica que me
impide vivir libremente.
Diana París es licenciada en letras, profesora universitaria y editora. Dentro
del psicoanálisis, hace diez años se dedica a Psicogenealogía. Es
autora de “Secretos familiares, ¿decretos personales”, de Ed. Del Nuevo
Extremo.
Tomado de: http://entremujeres.clarin.com/vida-sana/psicologia/psicologia-transgeneracional-arbol-genealogico-secretos-familiares-decretos-personales-diana-paris_0_1213678720.html