jueves, 4 de diciembre de 2014

EL SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD. V.M. Samael Aun Weor. 1976


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Audio del texto, aquí.

Conferencia, México, D.F., 1976

Es claro, que este es un evento maravilloso sobre el cual debemos meditar profundamente. El Sol cada año realiza un viaje olímpico que comienza desde el 25 de Diciembre en adelante, y luego regresa hacia el Polo Sur, hacia la zona donde está la Antártida. Por eso, precisamente, vale la pena reflexionar en su honda significación.

Por estos tiempos comienza el frío aquí en el Norte, debido precisamente a que el Sol se va alejando, y el 24 de Diciembre el Sol habrá llegado al máximo en su viaje hacia el Sur. Si no fuera porque el Sol, avanza hacia el Norte desde el 25 de Diciembre en adelante, moriríamos de frío; la Tierra entera se convertiría en una mole de hielo, y perecería realmente toda criatura, todo aquello que tenga vida.

Así, pues, bien vale la pena reflexionar en el acontecimiento de la Navidad. El CRISTO-SOL debe avanzar para darnos vida, y en el equinoccio de la Primavera llega al máximo, hacia el Norte. Entonces madura la uva y el trigo; es precisamente en la Primavera cuando el Señor debe pasar por su vida, pasión y muerte, para luego resucitar. La Semana Santa es en Primavera.





El Sol físico no es más que un símbolo del Sol Espiritual, del CRISTO-SOL. Cuando los antiguos adoraban al Sol, cuando le rendían culto, no se referían propiamente al Sol físico; no: le rendían culto al Sol Espiritual, al SOL DE LA MEDIA-NOCHE, al CRISTO-SOL. Incuestionablemente, es el Cristo-Sol quien debe guiarnos en los Mundos Superiores de Consciencia Cósmica. Todo místico que aprende a funcionar fuera del cuerpo físico a voluntad, es guiado por el Sol de la Media-Noche, por el CRISTO-CÓSMICO.

Es necesario aprender a conocer los movimientos simbólicos del Sol de la Media-Noche. Es ÉL quien guía siempre al iniciado; él es quien nos orienta; él es quien nos indica lo que debemos y lo que no debemos hacer.

Estoy hablando, pues, en el sentido esotérico más profundo. Teniendo en cuenta que todo iniciado debe salir del cuerpo a voluntad (que eso de no saber salir a voluntad es propio de principiantes, de gentes que están dando los primeros pasos en estos estudios); desde que uno está en La Senda tiene que saber guiarse por el Sol de La Media-Noche, por el Cristo-Sol, aprender a conocer sus señales en movimiento. Si uno lo ve, por ejemplo, hundirse allá en el ocaso, ¿qué nos está indicando? Sencillamente, que algo debe morir en nosotros; si uno lo ve salir por el oriente, ¿qué nos dice eso? Que algo debe nacer en nosotros.

Cuando salimos bien en todas las pruebas esotéricas, él brilla a plenitud en el horizonte. El Señor nos orienta en los Mundos Superiores y uno tiene que aprender a conocer sus señales.

Dubuí, y muchos otros, han estudiado el maravilloso acontecimiento de la Navidad; no hay duda, y eso lo reconoce Dubuí, que todas las religiones de la antigüedad celebraron la Navidad. Así como el Sol físico avanza hacia el Norte para dar vida a toda la creación, así también el Sol de la Media-Noche, el Sol del Espíritu, el Cristo-Sol, nos da vida si aprendemos a cumplir con sus mandamientos.

Alfredo Kraus y Renata Scotto - Cantos de Navidad (Villancicos)



En las Sagradas Escrituras, obviamente, se habla del acontecimiento Solar, y esto hay que saberlo leer entre líneas. Cada año, en el Macro-Cosmos, se vive todo el Drama Cósmico del Sol (CADA AÑO, repito). Téngase en cuenta que el Cristo-Sol debe crucificarse cada año en el mundo, vivir todo el drama de su vida, pasión y muerte, para luego resucitar en todo lo que es, en todo lo que ha sido y será, es decir, en todo lo creado. Así es, pues, como todos nosotros recibimos la vida del Cristo-Sol.

También es cierto que cada año, al alejarse el Sol para la región Austral, nos deja fríos, aquí en el Norte, pues él va a dar la vida a otras partes. Las noches largas del invierno son fuertes; en tiempos de Navidad los días son cortos y las noches largas. Vamos reflexionando en todo esto, y conviene que estudiemos lo que es ciertamente el Drama Cósmico. Se hace necesario que en Nosotros también nazca el Cristo-Sol; él debe nacer en nosotros.

En las Sagradas Escrituras se habla claramente de BELEM y de un establo donde él nace. Ese establo de Belem está dentro de uno mismo, aquí y ahora. Precisamente, en ese establo interior moran los animales del deseo, todos esos “YOES” pasionarios que cargamos en nuestra psiquis; eso es obvio.

BELEM es un nombre esotérico; en tiempos en que el Gran Kabir vino al mundo, la aldea de Belem no existía, de manera que eso es completamente simbólico. BEL, es una raíz caldea que significa “TORRE DEL FUEGO”; de manera que Belem es un término caldeo, que corresponde precisamente a la TORRE DE BEL, la TORRE DEL FUEGO. Así, pues, Belem es simbólico completamente.

Cuando el iniciado trabaja con el FUEGO SAGRADO, cuando el Iniciado elimina completamente de su naturaleza íntima los “agregados psíquicos”, cuando de verdad está realizando LA GRAN OBRA, indubitablemente ha de pasar por la INICIACIÓN VENUSTA. El descenso del Cristo al corazón es un acontecimiento cósmico y humano de gran trascendencia, que corresponde en verdad a la Iniciación Venusta.

Desafortunadamente, no se ha entendido lo que es el Cristo. Muchos suponen que el Cristo fue, exclusivamente, Jesús de Nazareth, pero están equivocados; Jesús de Nazareth como hombre, o mejor dicho, Jeshuá Ben Pandirá como hombre, recibió la Iniciación Venusta, encarnó el Cristo, mas él no ha sido el único en recibir tal Iniciación; Hermes Trimegisto, el tres veces grande Dios Ibis de Thot, también lo encarnó; Juan El Bautista, a quien muchos consideraban como el CHRISTUS, como el Ungido, incuestionablemente recibió la Iniciación Venusta, encarnó al Principio Crístico Universal.

Los gnósticos Bautistas aseguraban, en la Tierra Santa, que el verdadero Mesías era Juan, y que Jesus era tan sólo un Iniciado que había querido seguir a Juan. Por esos días, habían disputas entre los Bautistas, los Esenios y otros. ¿Cómo  debemos entender al Cristo? No como una persona, no como un sujeto; el Cristo está más allá de la Personalidad, del YO y de la Individualidad; el Cristo, en esoterismo auténtico, es el LOGOS SOLAR, representado por el Sol. Ahora comprenderemos por qué los Incas adoraban al Sol, por qué los Nahuas le rendían culto al Sol, y los Mayas también, los Egipcios, etc. No se trata de la adoración a un Sol físico, sino a lo que se oculta detrás de ese simbolismo. Obviamente, se adoraba al Logos Solar, al Segundo Logos. Ese Logos Solar es Unidad Múltiple Perfecta; (la variedad es unidad). En el mundo del Cristo Cósmico, la individualidad separada no existe.

Me viene a la memoria, en estos instantes, cierto experimento esotérico, realizado ya hace muchos años. Entonces, sumergido en profunda meditación, logré ciertamente el Shamadí o Éxtasis, como se le denomina en esoterismo occidental. Deseaba yo, por aquella época, saber algo sobre el Bautismo de Jesús El Cristo, que, como sabemos, fue bautizado por Juan. El estado de abstracción fue profundo, logré el perfecto DARANA, o sea, la CONCENTRACIÓN (el Dayana es Meditación). Al fín conseguí el Shamadí (yo me atrevería adecir que fue un Maha-Shamadí), porque abandoné perfectamente los cuerpos Físico, Astral, Mental, Bhúdico, y hasta el Átmico.

Conseguí, pues, retrotraer mi Conciencia, en forma íntegra, hacia el Logos. En ese estado LOGOICO, como un “DRAGÓN DE LA SABIDURÍA”, hice la correspondiente investigación. De inmediato me ví en la Tierra Santa, dentro de un Templo; pero cosa extraordinaria: me ví a mi mismo convertido en Juan El Bautista, con una vestidura sagrada; ví cuando a Jesús lo traían con su vestidura o túnica blanca. Dirigiéndome a él, dije: - “desvístete”. Luego saqué, de un recipiente, un poco de aceite de oliva; le conduje al interior del Santuario, lo ungí con aceite, le eché agua, recité los mantrams o ritos. Posteriormente, el Maestro se sentó aparte, en su silla. Yo guardé todo nuevamente, lo puse en su lugar, y dí por terminada la ceremonia.

Yo me ví, a mi mismo, convertido en Juan. Claro, una vez pasado el Éxtasis, el Shamadí, me pregunté: - “¿Pero cómo va a ser posible que yo sea Juan el Bautista?”. Me quedé perplejo y me dije : -“voy a hacer otra concentración; pero ahora no me voy a concentrar en Juan, sino que voy a concentrarme en Jesús de Nazareth”.

El trabajo fue largo y tedioso, la Concentración se fue haciendo cada vez más profunda; pronto pasé del Darana (concentración) al Dayana (meditación); pasé, posteriormente, al Shamadí, o sea, al Éxtasis. Hubo un esfuerzo supremo que permitió desvestirme de los cuerpos Físico, Astral, Mental, Causal, Bhúdico y Átmico, hasta retrotraer mi Conciencia, absorverla en el Mundo del Logos Solar. Y en tal estado, queriendo saber sobre el Cristo-Jesús, me ví a mi mismo convertido en Cristo-Jesús, haciendo milagros, maravillas en la Tierra Santa, curando a los enfermos, dando vista a los ciegos, etc., etc., etc. Y, por último, me ví vestido con las vestiduras sagradas, llegando ante Juan, en aquél Templo. Entonces Juan se dirigió hacia mí, diciéndome: -“Jesús, quítate la vestidura, porque voy a bautizarte”!. Se cambiaron los papeles; ya no me ví convertido en Juan, sino en Jesús, y recibí el Bautismo de Juan. Pasado el Shamadí, una vez regresado al cuerpo físico, vine a evidenciar, perfectamente, con toda claridad, que en el mundo del Cristo Cósmico todos somos uno. Si hubiera querido meditar en cualquiera de ustedes, allá en el mundo del Logos, me hubiera visto convertido en cualquiera de ustedes, viviendo la vida de ustedes, ya que en ese mundo no hay individualidad, no hay personalidad, ni “YO”; allí todos somos el Cristo, allí todos somos Juan, todos somos el Buddha, allí todos somos uno; en el mundo del Logos no existe la individualidad separada.

El Logos es Unidad Múltiple Perfecta, es la energía que bulle y palpita en todo lo creado, que subyace en el fondo de todo átomo, de todo mesón, de todo protón, de todo átomo, y que se expresa, vivamente, a través de cualquier hombre que esté debidamente preparado.

Bien, he hecho esta aclaración con el objeto de especificar mejor el acontecimiento de Belem. Cuando un hombre está debidamente preparado, pasa por la Iniciación Venusta, y en la Iniciación Venusta consigue encarnar, en sí mismo, dentro de su propia naturaleza, al Cristo Cósmico. Inútilmente habría nacido Jesús en Belem, si no naciera también en nuestro corazón; inúltimente habría muerto y resucitado en la Tierra Santa, si no muere y resucita también en nosotros. Esa es la naturaleza del “SALVADOR-SALVANDUS”. El Cristo Íntimo debe salvarnos, pero salvarnos desde ADENTRO. Quienes aguardan la venida de Jesús para un remoto futuro, están equivocados; el Cristo debe venir AHORA, desde adentro; la segunda venida del Señor es desde adentro, desde el fondo mismo de la Conciencia. Por eso está escrito lo que ÉL dijo: -“Si oyeres a alguien diciendo en la plaza pública que es El Cristo, no le creáis; y si os dijeren: ‘está allí, predicando en el Templo’, no creáis”. Es que el Señor no vendrá esta vez desde afuera, sino desde adentro; vendrá desde el fondo mismo de nuestro corazón, si nosotros nos preparamos.

Pablo nos aclara diciendo: -“De su virtud tomamos todos gracia por gracia”. Hay, entonces, documentación. Si uno estudia cuidadosamente a Pablo de Tarso, veremos que él rara vez alude al Cristo Histórico; cada vez que Pablo de Tarso habla sobre Jesu-Cristo, se refiere al Jesu-Cristo Interior, al Jesu-Cristo Íntimo que debe surgir desde el fondo de nuestro Espíritu, de nuestra Alma. En tanto un hombre no lo haya encarnado, no puede decirse que posee la Vida Eterna. Sólo ÉL puede darnos vida, dárnosla en abundancia. Así, pues, debemos ser menos dogmáticos y pensar en el Cristo Íntimo.

Todo el simbolismo relacionado con el nacimiento de Jesús, es Alkimista y Kabalista. Se dice que tres Reyes Magos vinieron a adorarle, guiados por una estrella. Ese pasaje no se pudiera francamente entender si no se sabe de Alkimia. ¿Cuál es esa Estrella, y quiénes son esos Reyes Magos? Yo les digo a ustedes que esa Estrella no es otra que la del SELLO DE SALOMÓN, la Estrella de seis puntas, símbolo del LOGOS SOLAR. Obviamente, el triángulo superior representa el AZUFRE, es decir, al FUEGO. Y el inferior, ¿qué representa en Alkimia? Representa al MERCURIO, al AGUA. Pero, ¿a qué clase de agua se refieren los alkimistas? –“Al agua”-, disen éllos, -“que domó al número radical metálico”; en otros términos: al EXIOHEJA, al ESPERMA SAGRADO.

Indubitablemente, mediante la transmutación de las secreciones sexuales, se elabora esa AGUA extraordinaria, esa AGUA PURA, ese MERCURIO de la Filosofía Secreta.

Bien vale la pena que nosotros meditemos en el Sello de Salomón. Allí tienen ustedes el triángulo superior, representación vívida del Azufre; y al inferior, representación vívida del Mercurio. Quiero decir que el Fuego Sagrado, el Fuego del Espíritu Santo, debe fecundar en nosotros a la MATERIA CAÓTICA, para que surja la vida; debe fecundar al Mercurio de la Filosofía Secreta. Indubitablemente, resulta un poco difícil entender la cuestión de la Estrella de Belem si no apelamos al Sello de Salomón y a la Alkimia.

Repito: el Mercurio es el “Alma Metálica” del Esperma Sagrado. El Azufre es el Fuego Sagrado del KUNDALINI en el ser humano. Entendido eso, podemos aclarar algo más: debe el Azufre fecundar al Mercurio; con el Mercurio fecundado podemos fabricar los CUERPOS EXISTENCIALES SUPERIORES DEL SER. De manera que si no entendiéramos esto, no entenderíamos tampoco el Sello de Salomón, ni la Estrella que se apareció a los Reyes Magos.

Aquí tenemos, para una mejor explicación, a los tres Mercurios:
1º - Lo que los alkimistas denominan “AZOGUE, EN BRUTO”, o sea, el ESPERMA SAGRADO, propiamente dicho.
2º - El segundo Mercurio es, precisamente, el Alma Metálica del primero. Mediante la transmutación, el ESPERMA se convierte en energía; esa energía sexual es lo que se denomina “ALMA METÁLICA DEL ESPERMA”.
3º - Es el más importante; es, precisamente, el MERCURIO fecundado por el AZUFRE.

Esto es un poco complicado y difícil de entender, pero si ustedes ponen atención, podrán siquiera formarse una idea. Si ustedes quieren que les explique lo que es la Navidad, tengo que explicarla como es, o no explicarla.

Lo primero que tenemos es el AZOGUE EN BRUTO, el ESPERMA SAGRADO. Segundo, la energía sexual, resultado de la transmutación del Esperma. Tercero, El Mercurio fecundado por el Azufre. En otros términos: la energía sexual ya fecundada por el Fuego Sagrado, mezcla de ENERGÍA y FUEGO que sube por la espina dorsal, para llevarnos a la Auto-Realización Íntima del Ser. El tercer Mercurio es el “ARCHÉ” de los griegos, de manera que en el “ARCHÉ”, hay Sal, hay Azufre y hay Mercurio, eso es obvio. Allá arriba, en el Macro-Cosmos, hay el “ARCHÉ”, de donde salen las Unidades Cósmicas; aquí abajo, nosotros necesitamos fabricar el “ARCHÉ”.

¿Cómo? Mediante la transmutación. Y de ese “ARCHÉ”, que será un compuesto de Sal, Azufre y Mercurio, nacerá, los CUERPOS EXISTENCIALES SUPERIORES DEL SER.

Si alguien posee los cuerpos Astral, Mental y Causal, se convierte en un Hombre de verdad, eso es obvio, y también recibe los PRINCIPIOS ANÍMICOS Y ESPIRITUALES. Claro, que al principio no tenemos sino el Azogue en bruto, que hay que transmutar; es decir, las SECRECIONES SEXUALES hay que transmutarlas, convertirlas en Energía. Esa Energía sube por los CORDONES ESPERMÁTICOS hasta el cerebro. Posteriormente, esa Energía une sus polos positivos y negativos en el coxis, cerca del TRIVENI, y entonces surge el FUEGO. El Fuego fecunda a la Energía; el Fuego, mezclado con la Energía, sube por la médula espinal hasta el cerebro. El EXCEDENTE del Mercurio, fecundado por el Azufre, viene a cristalizar en los Cuerpos Existenciales del SER.

Primero se formará el Cuerpo Astral; segundo se formará el Cuerpo de la Mente; y tercero, se formará el Cuerpo Causal. Cuando alguien posee los Cuerpos Astral, Mental y Causal, recibe los Principios Anímicos y Espirituales, es decir, se convierte en un Hombre, en un Hombre de verdad. Así, pues, eso es indispensable. Pero crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, es una cosa, y llevarlos a la perfección es otra cosa diferente.

Incuestionablemente, la Sal, el Azufre y el Mercurio lo hacen todo; doquiera que haya materia, hay SAL; toda materia se reduce a la Sal, y toda Sal puede ser convertida en ORO.

Así, pues, los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser son una mezcla de Sal, Azufre y Mercurio. La Sal, en cualquiera de esos Cuerpos, mediante la acción combinada del Azufre y del Mercurio, se convierte en ORO.

Convertir tales cuerpos en ORO, en vehículos de ORO puro, sería lo indicado, y esa es LA GRAN OBRA. No se podría realizar tal producto si no se tuviera AYUDA EXTRA. Esa ayuda maravillosa consiste en la NAVIDAD DEL CORAZÓN. El Cristo debe nacer en el corazón del Hombre, para que pueda realizar esa gigantesca labor, cual es la de transformar los Cuerpos Existenciales del SER, en vehículos de ORO PURO.

Ahora bien, situémenos en cualquier vehículo de éstos: el Cuerpo Astral, por ejemplo. Investiguemos a una persona que tiene Cuerpo Astral. Uno sabe que tiene Cuerpo Astral cuando puede usarlo, cuando puede moverse con él, consciente y positivamente; cuando puede viajar con él de un Planeta a otro. Si vemos a una persona que tiene Cuerpo Astral, pero que está trabajando para convertirlo en un vehículo de Oro Puro, es decir, que quiere perfeccionarlo; ¿cómo hacer esto? SI ELIMINA EL “MERCURIO SECO”, es decir, el “AZUFRE ARSENICADO”, es decir, los átomos sanguinolentos de la lujuria. Obviamente, necesitará ayuda. Si consigue eliminar el “Mercurio Seco” y el “Azufre Arsenicado”, o “AZUFRE VENENOSO”, entonces su Cuerpo Astral se convertirá en un vehículo de ORO PURO. Y no es difícil; afortunadamente, el CRISTO INTERNO interviene y ayuda a eliminar todo ese “Mercurio Seco” y ese “Azufre venenoso” o “Arsenicado”. Y al fín, como resultado de estos trabajos, el vehículo se convierte en un CUERPO DE ORO.

La Sal, que viene a convertir al Cuerpo Astral en un vehículo de Oro Precioso, forzosamente tendrá que pasar por varias etapas. La primera está simbolizada por el color NEGRO, por el CUERVO NEGRO, gobernado por SATURNO. ¿Por qué? Porque el Iniciado habrá de entrar en un afán (infinito) en estos trabajos; tendrá que eliminar, destruir, desintegrar todos los “elementos inhumanos” que lleva en su Cuerpo Astral, eso es obvio, hasta conseguir el COLOR BLANCO, que es fundamental. Obviamente, ese color blanco está representado por la PALOMA BLANCA. Los Iniciados de Egipto se ponían la vestidura de lino blanco para representar a la castidad, la pureza.

El tercer símbolo es el ÁGUILA AMARILLA, cuando el Iniciado recibe el derecho a usar la túnica amarilla. En la cuarta fase del trabajo, el Iniciado recibirá la PÚRPURA, cuando ya su Cuerpo Astral ha quedado convertido en un vehículo de Oro Puro de la mejor calidad. El Jefe de ese trabajo alkimista es, precisamente, el CRISTO INTERNO. Los Sabios dicen que la Sal, el Azufre y el Mercurio son los instrumentos pasivos de la Gran Obra. Lo más importante, dicen éllos, es el “MAGNESIO INTERIOR”. Este “MAGNESIO”, citado por Paracelso, no es otra cosa que el CRISTO ÍNTIMO. El debe realizar, en verdad, la Gran Obra.

He citado como ejemplo el Cuerpo Astral, pero idéntica labor hay que hacer con cada uno de los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Tal labor, sin el “MAGNESIO INTERIOR” de la Alkimia, sería algo más que imposible. Por eso es que, incuestionablemente, al comenzar uno la Gran Obra, debe invocar al Cristo Íntimo. El nace en el establo de nuestro propio cuerpo; adentro tenemos los animales del deseo, de las pasiones inferiores.

El tiene que crecer, desarrollarse, a través del ascenso, de los GRADOS, hasta convertirse en un HOMBRE ENTRE LOS HOMBRES; hacerse cargo de todos nuestros procesos mentales, sexuales, emocionales, pasar como cualquiera entre cualquiera, etc., etc., etc.

Siendo EL CRISTO un Ser tan perfecto, un Hombre que no es pecador, tiene que vivir –sin embargo- como pecador entre pecadores, desconocido entre desconocidos; esa es la cruda realidad de los hechos. Pero va creciendo, se va desarrollando a medida que va eliminando, en sí mismo, los “elementos indeseables” que llevamos dentro. Es tanta su integración con nosotros mismos, que se echa toda la responsabilidad sobre sus hombros, se ha convertido en un pecador como nosotros; no siendo ÉL pecador, sintiendo, en carne y hueso, las tentaciones, viviendo como cualquiera, y así, poco a poco, a medida que va eliminando los “elementos indeseables” de nuestra psiquis, se va desarrollando y desenvolviendo en el interior de sí mismo. Eso es, precisamente, lo maravilloso; si no fuera así, resultaría imposible para nosotros realizar la Gran Obra.

Es ÉL quien tiene que eliminar todo ese “MERCURIO SECO”, todo ese “AZUFRE VENENOSO” , para que los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser puedan convertirse en vehículos de ORO PURO, en ORO de la mejor calidad.

Los Tres Reyes Magos que vinieron a adorar al Niño, representan los colores de la Gran Obra. El primer color es el NEGRO, simbolizado por aquél Rey Mago de color negro, cuando estamos perfeccionando el Cuerpo, y que (repito) está también simbolizado con el CUERVO NEGRO DE LA MUERTE, que es la obra negra de SATURNO.

Entonces, estamos pasando por una MUERTE: la muerte de todos nuestros deseos, pasiones, etc., en el MUNDO ASTRAL.
El color BLANCO viene después, es decir, en el momento en que ya, habiendo desintegrado todos los “YOES” del Mundo Astral, tenemos derecho a usar la túnica de lino blanco. Es claro que está simbolizada por la PALOMA BLANCA. Ese es el segundo de los Reyes, el Rey Blanco. Si el Iniciado ha avanzado mucho hacia la perfección del Cuerpo Astral, merecería el COLOR AMARILLO, es decir, tiene derecho a usar la túnica de color amarillo. Es entonces cuando aparece el ÁGUILA AMARILLA; esto nos recuerda el tercero de los Reyes Magos que es de raza amarilla.

Por último, la CORONA DE LA OBRA es la Púrpura. Cuando un Cuerpo, ya sea el Astral, el Mental o el Causal, es de Oro Puro, se recibe la PÚRPURA DE LOS REYES, porque se ha triunfado. Esa es la Púrpura que los tres Reyes Magos llevan sobre sus hombros. De manera que allí ven ustedes a los tres Reyes Magos, que no son, como creen muchos, tres personas. ¡No señor!: son los TRES COLORES FUNDAMENTALES DE LA GRAN OBRA, y el mismo Jesu-Cristo vive ADENTRO de cada uno de nosotros.

Jesús, en hebreo, es Jeshuá, y Jeshuá es “SALVADOR”; y como SALVADOR, nuestro Jeshuá particular tiene que nacer en este ESTABLO que llevamos dentro, para que ÉL pueda realizar la Gran Obra. El es el “MAGNESIO INTERIOR” del Laboratorio Alkimista. EL GRAN MAESTRO debe surgir en el fondo de nuestra Alma, de nuestro espíritu.

Lo más duro para el Cristo Íntimo, cuando ha nacido en el corazón del Hombre, es precisamente eso del DRAMA CÓSMICO, su VIA-CRUCIS. En el Evangelio aparecen las multitudes pidiendo la crucifixión del Señor; esas multitudes no son de ayer, de un remoto pasado, como suponen las gentes, de algo que sucedió hace 1976 años [dentro del ámbito de esta conferencia]; no, señores!: esas multitudes están dentro de nosotros, son nuestros “famosos” YOES. Dentro de cada persona habitan MILES de personas: el “YO” del odio, el “YO” de los celos, el “YO TENGO ENVIDIA”, el “YO SOY CODICIOSO”, es decir, cuantos defectos tenemos, y que son nuestros “famosos” YOES, son los que gritan: ¡CRUCIFIXIA!, ¡CRUCIFIXIA!

En cuanto a los TRES TRAIDORES, ya sabemos por el Evangelio Crístico que son JUDAS, CAIFAS, y PILATOS. ¿Quién es Judas? El demonio del DESEO. ¿Quién es PILATOS? El demonio de la MENTE. ¿Quién es CAIFAS? El demonio de la MALA VOLUNTAD. Pero hay que aclarar un poquito, especificar esto, para que se vaya entendiendo. Judas, el demonio del deseo, cambia al Cristo Íntimo por 30 monedas de plata: 3 más cero igual 3; ésa es la alusión CABALÍSTICA, es decir, lo cambia por las cosas materiales, por la moneda, por los licores, por el lujo, por los placeres animales, etc., etc., etc.

En cuanto a Pilatos, es el Demonio de la Mente; ése siempre se lava las manos, nunca tiene la culpa, para todo encuentra una evasiva, una justificación. Realmente, todo defecto psicológico, que nosotros poseemos en nuestro interior, vive siempre justificándose; nosotros jamás nos creemos culpables. Hay muchos que me han dicho: -“Señor, yo creo que soy una buena persona; yo no mato, yo no robo, yo soy caritativo, yo no soy envidioso”-, es decir, un “dechado de virtudes”, “perfecto” (según ellos). De modo que miremos las cosas como son, en su crudo realismo. Ese Pilatos siempre se lava las manos, nunca se considera culpable.

Y en cuanto a Caifás, yo francamente considero que es el más perverso de todos. Piensen ustedes en lo que es Caifás. El Cristo Íntimo nombra muchas veces a un Sacerdote, a un Maestro, a un Iniciado para que guíe a sus ovejas, para que las apaciente; le entrega el mando y lo pone al frente de una Congregación. Y el tal Sacerdote, el tal Maestro, Iniciado, etc., en vez de guiar sabiamente a su Pueblo, vende los Sacramentos, prostituye el Altar, fornica con las devotas, etc., etc., etc. En conclusión: traiciona al Cristo Interno. Eso hace Caifás. ¿Es eso doloroso? Claro!; es horrible, es una traición, de lo más sucia que hay! Y no hay duda: son muchas las religiones que se han prostituído, eso es obvio; hay muchos Sacerdotes que han traicionado al Cristo Íntimo. No me refiero a tal o cual secta, no, sino a todas las religiones del mundo. Es posible que hayan grupos esotéricos dirigidos por verdaderos Iniciados, y estos Iniciados, muchas veces traidores, han traicionado al Cristo Íntimo. Todo eso es doloroso, infinitamente doloroso.

Caifás es de lo más sucio que hay. Estos tres traidores llevan al Cristo Íntimo al suplicio. Piensen por un momento en el Cristo Íntimo, en el fondo de cada uno de ustedes, dueño de todos los procesos mentales, emocionales, etc., luchando por salvar a cualquiera de ustedes, sufriendo horriblemente; los propios YOES de ustedes protestando contra ÉL, poniéndole la corona de espinas, azotándolo. Bueno, esa es la cruda realidad de los hechos; ese es el Drama Cósmico, vivido internamente.

Al fin, ese Cristo Íntimo subirá al Calvario, eso es obvio, y baja al sepulcro; con su MUERTE MATA A LA MUERTE: es lo último que ÉL hace. Posteriormente, resucita en el Iniciado, y el Iniciado resucita en ÉL; entonces la Gran Obra se ha realizado (CONSUMATUM EST). Así han surgido, a través de los siglos, Maestros Resurrectos. Pensemos en Hermes Trimegisto, pensemos en un Moria (Gran Maestro de la Fuerza JINAS); pensemos en el Conde Cagliostro, quien todavía sigue vivo; en un Saint Germain, quien en el año 1939 visitara otra vez a Europa. Este Saint Germain estaba activo durante los siglos XVII, XVIII y XIX, y sin embargo, físicamente continúa existiendo; es un Maestro Resurrecto. ¿Por qué son Resurrectos los Maestros? Porque, gracias al Cristo Íntimo, lograron éllos la Resurrección.

De manera que sin el Cristo Íntimo, no sería posible la Resurrección. Aquéllos que suponen que, por el solo hecho de morirse físicamente una persona, ya tienen derecho a la RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS, pues, en verdad, son gentes dignas de compasión, y no solamente ignoran (hablando esta vez en lenguaje socrático), sino lo que es peor: ignoran que ig noran. La Resurrección es algo que hay que trabajar, y trabajarla AQUÍ Y AHORA. Hay que Resucitar en carne y hueso, ahora mismo, personalmente.

Esta es la forma como se debe considerar todo el Misterio Crístico. Todo el Drama Cósmico, en sí mismo, es extraordinario, maravilloso, y se inicia, es verdad, con la NAVIDAD DEL CORAZÓN. Lo que continúa después, en relación con el Drama, es la huída a Egipto, porque Herodes manda a matar a todos los NIÑOS y él tiene que huir. Todo eso es simbólico, completamente simbólico.

Se dice que Jesús, José y María (por allí, en un Evangelio Apócrifo) tuvieron que huir a Egipto, y entonces permanecieron varios días viviendo debajo de una HIGUERA, y que de esa HIGUERA salió un manantial de agua purísima. Eso hay que entenderlo. Esa Higuera representa siempre el SEXO. ¿Qué se alimentaban del fruto de esa Higuera? Esos son los frutos del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. El agua purísima que corría, que salía de esa Higuera, es nada menos que el Mercurio de la Filosofía Secreta.

En cuanto al DEGOLLAMIENTO DE LOS INOCENTES, mucho se ha escrito sobre eso. Nicolás Flamel dejó grabado, en las puertas del cementerio de París, escenas sobre el degollamiento de los inocentes. ¿Por qué ese cruel degollamiento de los inocentes? Sin embargo, eso es también muy Alkimista. Todo Iniciado debe pasar por el degollamiento. Pero, ¿qué es lo que tiene que degollar en nosotros el Cristo Íntimo? Sencillamente, debe degollar al Ego, al “YO”, al “MI MISMO”. Y la sangre que emana del degollamiento es el FUEGO SAGRADO, con el que el Iniciado debe purificarse, limpiarse, blanquearse. Todo eso es Esotérico en gran manera, nada de eso se puede tomar a “la letra muerta”.

Luego vienen los fenómenos milagrosos del Gran Maestro, que caminaba sobre las aguas; (sobre las AGUAS DE LA VIDA tiene que caminar siempre el Cristo Íntimo); abrir la vista de los que aún oyendo predicar la palabra, no ven; abrir los oídos de los que no quieren oir, para que escuchen la palabra. Cuando el Señor ha crecido en el Iniciado, tiene que tomar la palabra y explicarle a otros lo que es el Camino; limpiar a los LEPROSOS ( todo el mundo está leproso, todo el mundo; no hay nadie que no esté leproso; esa LEPRA es el “YO PLURALIZADO”, esa es la EPIDEMIA que todo el mundo lleva adentro, la LEPRA de la cual debemos ser limpiados).

Los que están paralíticos, que no caminan todavía por la Senda de la Auto-Realización, el Hijo del Hombre debe sanarlos, para que echen a andar rumbo hacia la MONTAÑA DEL SER.

Hay que entender esto en una forma más profunda, más íntima. Eso no corresponde a un remoto pasado, eso es para vivirlo DENTRO de nosotros mismos, aquí y ahora. Si nosotros vamos empezando a madurar un poquito, sabremos apreciar mejor el Mensaje que el Gran Kabir Jesús trajo a la Tierra. En todo caso, necesitamos pasar por 3 PURIFICACIONES, a base de HIERRO y FUEGO. Los tres triángulos de la Cruz significan eso, y la palabra “INRI” dice demasiado. Ya sabemos que INRI, esotéricamente, es el FUEGO. Necesitamos pasar por TRES PURIFICACIONES antes de conseguir la Resurrección. El que Resucita se transforma radicalmente, se convierte en un DIOS-HOMBRE, en un HIEROFANTE de la talla de un Hermes, de un Quetzalcoatl, etc.

Hay que hacer la Gran Obra. Realmente, no se podrían entender los Cuatro Evangelios si no se estudia Alkimia y Cábala. Hay que ser Alkimista y Cabalista, eso es obvio.

Los Judíos tenían tres Libros Sagrados: el primero es el CUERPO de la Doctrina, es decir, la BIBLIA; el segundo es el ALMA de la Doctrina, el TALMUD, donde está el ALMA NACIONAL JUDÍA; el tercero es el ESPÍRITU de la Doctrina, el Zoar, donde está toda la KÁBALA del Rabbí. La Biblia, el cuerpo de la Doctrina está EN CLAVE. Si nosotros queremos estudiar la Biblia compaginando versículos, procederemos en forma ignorante, empírica y absurda. Sólo en el tercer Libro, en el ZOAR, escrito por Simeón Pedro, el Gran Rabbí Iluminado, hallamos la clave para interpretar la Biblia.

Ante todo, es necesario abrir, pues, el FOHAT. Si queremos saber algo sobre el HIJO DEL HOMBRE, sobre EL CRISTO, debemos estudiar EL ÁRBOL DE LA VIDA. ¿Cómo podríamos saber algo sobre el HIJO DEL HOMBRE si no estudiamos el Árbol de la Vida? No, no es posible.

SAMAEL AUN WEOR. México, D.F., 1976