lunes, 2 de diciembre de 2013

EL FUEGO DEL AMOR EN PAREJA, EXPANDE SU SOL INTERIOR



El acto carnal sexual entre el hombre y la mujer, debería ser tomado como una herramienta de auto expansión y de auto conocimiento propio interior, y no, como mero objeto de placer y de degradación de la psiquis humana.

Debería ser el acto sexual entre parejas heterosexuales, un acto nacido de su plena libertad interior, de la ausencia de deseo pasional, del cese incontrolado de las corrientes nerviosas nacidas del instinto y de la lujuria.

Debería ser tal acto creador, el resultado de una mutua compenetración entre dos seres auto concientes de sí mismos, de dos seres que se saben solos y que no buscan huir de esa soledad, que no buscan huir de su quietud interior, sino que se unen en soledad a expandir mas su SOL-EDAD.

Parejas libres de carencias afectivas, libres de propositos emocionales, libres de ideales mentales respecto a una historia de cuento telenovelezco, son parejas que logran madurar en sabiduría interior; son parejas que saben utilizar el fuego del amor - y no el de la pasión animal - para auto iluminarse y auto expandir su magnífico Sol Interior.

El sexo entre hombre y mujer, debería ser tomado con sumo respeto y gran responsabilidad, pues, cuando no se sabe nada sobre sí mism@, lo único que se logra es auto retrazarse y auto bloquearse mutuamente: el hombre retraza a la mujer y la mujer retraza al hombre.

El acto sexual debería ser practicado sólamente para crear interiomente y multiplicarse mutuamente. Normalmente se utiliza para lo contrario, claro está, sin saberlo. Sin saber el daño que se produce en cada choque electrico generado por cada pensamiento y por cada emoción no conciente, no sabiamente dirigidos.

El acto sexual del que hablo, es para quienes viven pendientes de sí mism@s, para quienes saben lo dificil que es ser libres, para l@s que saben en su interior lo que es lidiar con la turbulencia de las corrientes nerviosas y lograr tenerlas en total calma. Tales personas, saben que el acto sexual rutinario, lo único que logra es aumentar la tormenta psicológica de la cual se desea salir.

El hombre debería saber llegar a su mujer como llega el religioso ante su objeto de adoración, y la mujer, debería recibir a su hombre en completa paz, silencio y quietud.

Sólo una pareja conciente y libre, puede realizar un acto que genere gran paz, un gran destello de luz y un gran aroma de armonía a su alrededor.

Realiza el acto sexual cuando estés debidamente conciente y libre, para que hagas brillar ese espléndido Sol que Eres en tu Interior.

Libres de Ser, Sin Miedos y Sin Temor