sábado, 11 de enero de 2014

IDENTIDAD BIOLOGICA



Hombre y mujer, son conceptos que hacen referencia a sexos, mas no a almas, no a espíritus, no a Seres.

Se nos ha enseñado a movernos según la identidad del cuerpo que tenemos, creyéndonos ser hombre o mujer, y según esa superstición, también creemos que tenemos una forma ya definida como apropiada, según el cuerpo en el que se habita.

Tal superstición es negada por quienes son etiquetados como homosexuales o lesbianas. Estos se salen de los parámetros tenidos como normales, siendo fieramente atacados por quienes están completamente seguros de que son su cuerpo femenino o masculino y que deben seguir una identidad biológica tal.

Los unos son espejos de los otros.

Ambos, identificados con sus propias ideas y sentires sexuales, luchan conceptual-mente, teóricamente, intelectualmente, sin conseguir cambio alguno en su opositor.

Cuando alguien se reconoce así mismo, desaparece tal identificación con el cuerpo y con los impulsos hormonales propios de la reacción sexual.

Sin tal identificación con su cuerpo, sin tal programación en su mente y emoción, solo ve personas iguales a El/Ella, conviviendo y compartiendo un mundo, un planeta, una dimensión.

Desaparece el deseo netamente físico, desaparece la emoción de poseer un cuerpo y desaparece también, cualquier idea aprendida respecto a la sexualidad.

Se queda completamente libre de moverse, de Ser, comprendiendo la función del cuerpo como vehículo en este plano, como medio para percibir y transmitir energía, como alojamiento temporal para llevar a cabo una experiencia tridimensional.

Entonces, la conexión pene-vagina, adquiere el estatus correcto y solo se lleva a cabo por el motivo correcto, en el momento correcto, con la persona correcta.

No somos cuerpos, ni emociones, ni pensamientos.