domingo, 5 de enero de 2014

LA LEYENDA DEL CENTESIMO MONO. (CAMPO MORFICO) RUPERT SHELDRAKE



Quizás te interese: BIOLOGIA TRASCENDENTAL. (CAMPO MORFICO). RUPERT SHELDRAKE



La leyenda del centésimo mono y la hipótesis científica de los campos mórficos

Tal vez usted ya conoce el fenómeno del centésimo mono, esta observación por los científicos en Asia en los años 50, relativa a la transmisión del aprendizaje de una comunidad de monos a otras comunidades, sin que se hubiese ningún medio de comunicación conocido entre los monos afectados.

Como este fenómeno es objeto de controversia, aquí esta más sobre el tema para apoyar el fenómeno mediante la eliminación de su lado milagroso y legendario.

Rupert Sheldrake, biólogo británico, introdujo el concepto de los campos mórficos, en su libro « La presencia del pasado. Resonancia mórfica y hábitos de la Naturaleza » publicado en 1990 - Editorial Kairós.

En su página web, Rupert Sheldrake da su versión del fenómeno del centésimo mono (en Inglés). A pesar de que no desmiente, se admite que el texto fue repetido, modificado e interpretado, y sobre todo mucho más exagerado:

http://www.sheldrake.org/Resources/faq/answers.html#monkey

La teoría de Sheldrake sobre los campos mórficos corrobora en parte el fenómeno del centésimo mono, dándole una explicación hipotética.

Unas de las posibles consecuencias de esta teoría están relacionadas con los efectos que podemos tener alrededor de nosotros. Esos efectos están producidos por los cambios que hacemos en nuestra vida a nivel individual. En consecuencia, podría ser que nuestra responsabilidad, nuestro nivel de comportamiento individual, y luego la importancia de lo que hacemos, pueden ser fundamentales para que cambian las actitudes y los comportamientos a gran escala en el mundo, o por lo menos en la comunidad o la sociedad en que vivimos.

Solemos pensar que nuestra memoria es localizada en nuestro cerebro, que nuestros genes son responsables de los rasgos heredados y que nuestros pensamientos son sólo la consecuencia de los fenómenos químicos y eléctricos en el cerebro. Sheldrake postula que la situación es distinta. No presenta su hipótesis como "verdad", pero deja ver su lógica y sugiere distintas formas de estudiar el fenómeno con el fin de apoyar esta teoría.

Según él, las leyes de la naturaleza no son "universales" e "inmutables". Siempre han ido evolucionando, incluso las leyes que se relacionan con los fenómenos físicos y químicos más básicos.
Más allá del contexto científico e histórico que ocupa gran parte del libro, Rupert Sheldrake hace entender este fenómeno de la evolución siguiendo el principio de la chreod (palabra inglesa).
Imagina un plano de arena ligeramente inclinado. Ponga una bolita en la parte superior, que va a comenzar a rodar, dibujando un surco en la arena durante su descenso. Ponga una segunda bolita. Si su ruta se reúne con el surco trazado por la primera bolita, es muy probable que también lo tomará y lo ensanchará. Ponga una tercera bolita, la probabilidad de la repetición del fenómeno será aún mayor.

Después de la centésima bolita, se hace francamente improbable que no tome el surco marcado por todas las bolitas que le precedieron. Sin embargo, no es imposible que un nuevo camino sea dibujando por una bolita que no ha tomado el camino ya bien marcado, y que con el tiempo otras bolitas tomen este segundo surco ensanchándolo y haciéndolo mas profundo, a riesgo de que el segundo surco sea más fácilmente practicable que el primero, o que consigua impedir el acceso al primer surco.

Según Sheldrake, todos los fenómenos de la naturaleza operan según el principio de la “chreod”. Esto significa que una vez que un fenómeno ha aparecido: cuanto más sucede, es más probable que vuelva a ocurrir. Y en una escala de tiempo y repeticiones en miles de millones de años y miles de millones de oportunidades, algunas leyes de la naturaleza parecen ser inmutables.

De esta manera se puede hablar de una forma de memoria de todo lo que sucede en la naturaleza.

Los fenómenos se reproducen como ya se han producido, porque ya han ocurrido. Y el hecho de que se reproduzcan aumenta aún más la probabilidad de que se repetirán en la misma forma. Y eso incluye tanto átomos y moléculas, células, animales, seres humanos, planetas, estrellas y galaxias.

Según Sheldrake, esta memoria que está representada por la “chreod” es contenida en los campos mórficos.

El campo mórfico no es material. Actualmente no es mensurable. Además, funciona un poco como los campos magnéticos o gravitacionales. Por lo tanto, contiene energía, pero no está hecho de materia (átomos, electrones, etc.).

Este sería el campo que contiene la memoria (representada por la “chreod”), y permitiría a cualquier entidad (de partículas atómicas hasta las galaxias, como también a los seres vivos) desarrollarse de la misma forma que los que le precedieron.

Rupert Sheldrake llama resonancia mórfica a este fenómeno de la repetición que es una memoria.

"Sheldrake muestra en las páginas que la herencia del código genético es insuficiente para
comprender la estructura y el comportamiento de los seres vivos: "Mientras la teoría mecanicista
atribuye la mayoría de los fenómenos hereditarios de la herencia genética reunidos en el ADN, la
hipótesis de la causalidad formativa supone que los organismos vivos también heredan los campos
morfogenéticos de los organismos anteriores que pertenecen a la misma especie. Este segundo tipo
de herencia viene a través de la resonancia mórfica y no a través de los genes. Herencia incluye tanto la herencia genética como la resonancia mórfica de formas anteriores similares.”

"Por lo tanto, una semilla de haya tomará, durante su desarrollo, la forma, las estructuras genéticas
impregnadas de los patrones habituales de las características de una haya. Ella es capaz de
comportarse de esta manera, porque hereda su naturaleza de hayas anteriores; pero esta herencia no
es simplemente una cuestión de genes químicos, sino que también depende de la transmisión de los
patrones de crecimiento y de desarrollo de un sinnúmero de hayas que existía en el pasado."


Como parte de la evolución de un individuo (por ejemplo) también él habla de la auto-resonancia mórfica. Tendemos a repetir nuestros comportamientos, de acuerdo con los que ya teníamos.

Y en este contexto, por ejemplo, "se comprende también la somatización de los procesos conscientes e inconscientes en el cuerpo. Un sufrimiento interno profundo de largo tiempo, finalmente deja su huella marcada en la estructura orgánica. Llevamos los rostros de nuestras pasiones y la traza de nuestro pasado."

Rupert Sheldrake ilustra de muchas maneras el concepto de campos mórficos. Si nos representáramos nosotros como un televisor: el dispositivo corresponde a nuestro cuerpo, y el contenido de la televisión solo es el efecto de las ondas electromagnéticas sobre el aparato, capturadas por el aparato.

Al cambiar el aparato, puede ser que perdamos la oportunidad de asistir a un programa, o que veamos otro canal, pero eso no significa que las ondas electromagnéticas han desaparecido de la zona.

Del mismo modo, nuestro cerebro tiene acceso a la memoria que representa los campos mórficos que nos corresponden. Si hay una alteración del cerebro, no hay necesariamente modificación de la calidad  de la memoria. Y si esta memoria se afecta, a menudo es sólo temporal. Nunca ha sido posible localizar físicamente la memoria en el cerebro.

En el mismo registro de metáfora, Rupert Sheldrake se refiere varias veces a la comparación entre

- El ser humano: su cerebro, su mente, su cuerpo y su memoria,
- Y el ordenador: hardware y software.

Si se tiene en cuenta el equipo (hardware) en paralelo con el cuerpo del hombre y su cerebro, se podría comparar el software o programa a los campos mórficos. En este contexto, nuestros genes no contienen información relacionada con nuestra memoria, pero son los que hacen uso del campo mórfico posible a fin de elegir los comportamientos apropiados. Y cuando la parte hardware desaparece, no causa la pérdida de la parte del software. Si una molécula se descompone, si una célula se destruye, o si una persona muere, los campos mórficos que les corresponden no desaparecen.

Para un mejor diseño de la posible realidad de los campos mórficos, Rupert Sheldrake también narra varios testimonios y experiencias. El testimonio más elocuente que se hizo eco en su libro es lo de los alionínes que perforan las botellas de leche (entregado en casas privadas delante de la puerta). Aquí esta la descripción en un extracto:

"El caso de los alionínes, es muy informativo y destaca la propagación del hábito espontáneo, la de la apertura de las botellas de leche por los pájaros. El fenómeno ha sido registrado por primera vez en 1921 en Southampton (Reino Unido) y siguió su expansión desde 1930 hasta 1947. Sabemos que los alionínes no se aventuran más de unos pocos kilómetros de su nido. La propagación de este comportamiento sin embargo ha ampliado considerablemente y se aceleró en tiempo. Además, en Suecia, en Dinamarca y en Holanda, las botellas de leche habían desaparecido durante la guerra. Solo
regresaron en 1947, 1948. Es muy poco probable que los alionínes que habían aprendido este hábito
hallan sobrevivido la duración de la guerra. Todo lo que podemos decir es que los hábitos adquiridos de algunos animales llegan a facilitar la adquisición de los mismos hábitos por otros animales de la
misma especie, y eso, incluso en ausencia de cualquier medio conocido físico de conexión. "

Otra historia contada por Sheldrake en su libro es el de nuevas cristalizaciones. Para obtener un
producto químico nuevo, a menudo se toma un tiempo considerable para lograrlo. Los químicos trabajan por eso durante meses o incluso años. Obtienen entonces un producto nuevo, una nueva
cristalización. Según la hipótesis de Sheldrake, como la cristalización nunca hubiera existido
previamente no puede funcionar por la resonancia mórfica para que se forme. Ahora bien, parece que
cuanto más uno es capaz de llegar a reproducir esta cristalización, es más continuo, se obtiene
fácilmente por otros, y eso corresponde a la idea de la “chreod”. Cuanto más aumenta la frecuencia de la cristalización, más la influencia del campo mórfico es grande para facilitar las cristalizaciones
siguientes. Los químicos tienen todavía un folclore respecto a esto: viajan con sus resultados entre los
laboratorios de todo el mundo para facilitar la reacción química gracias a los fragmentos que utilizan
como semillas para cristalizaciones posteriores. Otros creen que las semillas viajan a través de la
atmósfera en forma de partículas microscópicas de polvo. Si la resonancia mórfica desempeña un
papel en este fenómeno, más los nuevos compuestos se habrán cristalizado, más su cristalización
estará fácil en el mundo, incluso en la ausencia de químicos migratorios y de partículas de polvo en la
atmósfera. "

Extracto de la versión en francés del libro de Rupert Sheldrake.

De la misma forma, Rupert Sheldrake cita los cardúmenes de peces. La rapidez de respuesta (en
presencia de un depredador, por ejemplo) para cambiar de dirección, o disolver el ardúmen, es
demasiado grande para que sea la comunicación entre los peces. La existencia de un campo mórfico
único que es utilizado por cada pez del cardúmen, hace este fenómeno inexplicable. Los peces
responden "como un solo hombre." Lo mismo vale para grupos de pájaros.

Rupert Sheldrake también hace la relación con el inconsciente colectivo tan importante para Jung. Al
igual que los cardúmenes de peces, los seres humanos tienen acceso no sólo a los campos mórficos
que son personales, sino, también, tienen acceso a los campos de los grupos, de la sociedad y de su especie.

Los campos mórficos funcionan como una jerarquía encajable, encajados entre sí. Así cada uno hereda de la memoria colectiva que contiene las características de nuestros ancestros, nuestro grupo social, y de nuestra especie. Esto influirá en nuestra evolución y nuestros comportamientos. "Todos los seres humanos recurren a una memoria colectiva, que a su vez, ayuda a dar forma."

"Por un lado “tenemos nuestros propios recuerdos porque somos más similares a nosotros mismos en
el pasado que nadie; estamos sometidos a una auto-resonancia muy específica de nuestros estados
anteriores.” Pero como aquí la teoría deliberadamente abandona el concepto de separación, también
existe una memoria colectiva. "Estamos muy semejantes a los miembros de nuestra familia, a los
miembros de los grupos sociales a los que pertenecemos, a las personas que tienen el mismo lenguage y la misma cultura que nosotros, y hasta cierto punto, a todos los seres humanos, pasados y
presentes.” Estamos influenciados por los mapas mentales de otros, que forman una matriz de
pensamiento colectiva que se activa a través de la resonancia mórfica".

También evolucionamos de acuerdo a los campos mórficos de las generaciones que nos precedieron.
La herencia como tal, no sólo es "genética", pero llevamos con nosotros las evoluciones de nuestros
padres, abuelos, etc.

Sheldrake, ya que el libro apareció, ha continuado su investigación, y también ofrece a través de su
página web ( http://www.sheldrake.org/homepage.html (ver experimentos en línea – experiments
online) a participar en los experimentos con el fin de sostener su teoría.

Después de escribir sus libros, también ha recibido miles de testimonios que permiten apoyar su caso y avanzar en su investigación.

La recepción de su teoría en el mundo científico se ha enfrentado a los más ortodoxos, que parecen
ser menos mayoritarios que en el pasado. Puede tomar un poco de tiempo para que sea aprobado de
manera más abierta, mientras que el público, lo apoya en todos lados.

***************************************

Las actitudes están cambiando a nuestro alrededor, y esto se hace especialmente evidente
actualmente.

Y si somos conscientes de la responsabilidad individual que tenemos en estos cambios, es probable
que nuestros cambios (emocionales y mentales), más allá de las consecuencias de nuestros comportamientos, también potencialmente son generadores de los cambios a nuestro alrededor, sin que tengamos nada que hacer más que cambiar, evolucionar, abrir nuestras conciencias.

Porque una vez que el aprendizaje es integrado por un número suficiente de individuos, se generaliza
rápidamente por toda la población.

Esto puede motivar a aprender y tratar de evolucionar cada vez, por si mismo, por supuesto, para
asumir nuestra responsabilidad de no participar mas en el desastre, sino quizás también y sobre todo,
para ser un factor de cambio más rápido a gran escala.

Texto escrito por Claire De Brabander
 
******************

Puede leer más sobre la teoría de los campos mórficos o otros supuestos adicionales, historias y
experiencias realizadas o contadas por Sheldrake en los siguientes sitios:

sitio web de Rupert Sheldrake:
http://www.sheldrake.org